Salud Ocular
En qué consisten las pruebas de la vista
¿Ha llegado ese incómodo momento en el que empiezas a ver un poquito mal y te planteas si tienes que hacerte pruebas de la vista? ¿O solo te interesa saber si tienes una buena agudeza visual? Aunque sirven para ello, los test visuales no solo indican si tienes que llevar gafas o no. También se emplean para prevenir otros problemas, detectándolos de forma precoz, lo que es de especial importancia en la infancia y en edades más avanzadas. ¡Por eso las revisiones periódicas son tan relevantes! Así que en este artículo te explicamos qué son y en qué consisten.
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¿Qué implica ir a hacerse las pruebas de la vista?
Tomarte el tiempo para realizarte un test visual es cuidar de tus ojos, porque tienes tanto que ver. Las pruebas de la vista son pequeñas revisiones que permiten analizar diversos aspectos importantes de la visión de una persona. Por ejemplo, se mide la agudeza visual, la percepción del color, la visión binocular o el estado de las estructuras que componen tus órganos oculares.
Los test suelen ser sencillos e indoloros. Sirven para evaluar la visión de forma rápida. Y si los síntomas que pueda presentar una persona lo requieren, entonces se realizan exámenes más complejos con el fin de comprobar cómo están las partes internas del ojo. ¿Verdad que ahora comprendes lo importante que es ir a hacerse revisiones con regularidad?
La gran pregunta: cada cuánto deberías acudir a estas citas
Hay que cuidar siempre de la vista, ¡puesto que es uno de los sentidos que más nos permite relacionarnos con el mundo! Por eso nos verás remarcando que es necesario ir a hacerte las pruebas de la vista regularmente. Pero ¿cada cuánto es eso? Se recomienda que, en el caso de los niños pequeños, el primer examen sea entre los 6 y 12 meses de vida. A partir de los 3 o 4 años, y hasta alrededor de los 12, se aconseja que haya una cita anual en su calendario para cuidar de su salud visual.

En lo que respecta a las personas adultas, es bueno acudir a un examen visual de forma anual a partir de los 40 años; para los menores de esa edad, puede ser cada dos años.
Estas son algunas de las pruebas de la vista más comunes
Seguro que te suenan las tablas con letras, círculos o incluso números de colores. Se conocen como optotipos y se emplean para realizar pruebas de la vista y test que pueden revelar que haya alguna deficiencia en el campo de visión, error de refracción o alteración. Estos son algunos de los más usuales:
- Test de Landolt: si realizas este examen, verás varios círculos abiertos que van cambiando de orientación y de tamaño. Se emplea para medir la agudeza visual de quienes no conocen bien el alfabeto latino.
- Tabla de Snellen: al igual que el anterior, es uno de los más famosos, y en vez de círculos, se emplean letras. También sirve para tener una referencia de la agudeza visual de la persona.
- Test de Ishihara: en esta tabla se presentan números escondidos entre aros de colores. Dependiendo de si se ve una cifra u otra, se puede pensar que estemos delante de un posible daltonismo.
- Prueba de Lancaster: a través de la proyección de imágenes de luz y de observar la posición de los ojos, este examen ayuda estudiar a pacientes con estrabismo y a dar seguimiento a los que presentan diplopia o visión doble. Para identificar el estrabismo también se realiza el Cover Test.

Más exámenes para analizar la salud visual
Con las pruebas de la vista anteriores ya se tiene indicios de si necesitas llevar gafas o lentillas. Sin embargo, si los síntomas conducen a ello y el especialista considera que debes hacerte exámenes que revisen otros aspectos, te puedes topar con los siguientes:
- Examen de refracción ocular: como su nombre indica, permite evaluar y medir el posible defecto de refracción. Además, también se emplea para dar con el número de dioptrías necesarias con las que corregirlo.
- Pruebas acomodativas: este test se realiza para medir cómo enfoca el ojo a diversas distancias. Para ello, se usan lentes oftálmicas con distintas dioptrías.
- Oftalmoscopia: a través de una lupa y una luz, con esta prueba de la visión se puede observar el fondo del ojo.
- Topografía corneal: ¿estás considerando usar lentillas? Entonces, ¡quizá tendrás que pasar por este examen! Gracias a la topografía corneal, se explora la curva de la córnea para hacer que tus lentes de contacto se adapten mucho mejor. En las ópticas solemos mirar los radios corneales usando un refractómetro.
¿Qué puedes hacer para prepararte para una revisión?
¿Qué te han parecido estas pruebas de la vista? Lo más común es que si ves mal, primero te hagan los test más sencillos y luego, dependiendo del resultado, debas pasar por los exámenes más complejos. Una vez que se haya acabado el proceso, el especialista realizará una prescripción, receta o te derivará a otro profesional. Pero ¿qué puedes hacer tú para contribuir a que todo este proceso salga como la seda?
Revisa si en tu familia hay antecedentes de defectos visuales o patologías que darán mucha información. O, si acudes a una revisión con un diagnóstico previo, aporta toda la información posible. ¿Has empezado a ver mal, pero aún no sabes qué tienes? Apunta todos los síntomas que se salgan de tu normalidad. Por último, si ya usas gafas o lentillas, llévalas a la cita para que el profesional las pueda examinar. ¡Y recuerda! No tengas miedo a tus revisiones y pruebas de la vista. Son una manera excelente de prevenir. ¡Los compañeros de Ópticas Florida estarán encantados de atenderte cuando lo necesites!